viernes, 10 de julio de 2009

El Búho


La nieve cubría el bosque de cipreses
en una mañana fría para ese débil sol blanco
erraba sin consuelo un trovador muchas veces
que entonaba su canción a través del paisaje galo

Su lírica era hermosa, la más bella de las Artes
y a la vez la más triste , tan igual a un negro manto
que lo cubría de recuerdos, besos de su doncella amante
y que ahora, marchitos labios, son un fúnebre camposanto

-“Yo que elevaba dichosos versos llenos de agradable melodía
ante una majestuosa y festiva corte embriagada por el dulce licor
Y tú, mi damisela enamorada, correspondías mi sutil galantería
con tiernos gestos que ennoblecían a todo un vasto reino de candor

Pero el marcharme de mi patria, justas y batallas lejos ya han quedado
habrá caído un castillo, pero nunca la gloria de nuestro gran emperador
Así que desde entonces yo lamento a mi antiguo pueblo subyugado
Y la vida sin mi dulce amada es como aquel Invierno cruel y traidor”

Pálidas flores languidecen ante el frío estacional e intenso
mientras el cantor poeta recorre un desconocido sendero incierto
El día se entrega en sueños bajo un oscuro cielo inmenso
y un extraño ser alado se posa en la rama de un árbol altivo y muerto

Llevaba por sagrado hábito, plumaje bello rojizo-pardo
como aquel sacerdote místico de antigua hermandad druida
Grandes ojos amarillos, insolente reflexiona algo
y sentencia una sabia solemnidad que grave al mirar cubría

-“Desde prístinos tiempos a la humanidad decadente he observado
la experiencia y el pensamiento mucho más lejos que mis alas han ido
El nocturno poema hacia la inmortalidad del alma ha emanado
que hay magia en esta inmensa noche que cantar amores queridos

Poeta, tú eres más que un ser visionario, eres un incomprendido Dios
Honra a tu áureo linaje, cambia el tono de tu triste laúd
Medieval y legendario, poetiza vigoroso lo que nadie antes vio
a pesar que irás por siempre desterrado, no estarás vencido aún”

Y así como al trovador que versa se le presentó tal revelación
fue así que también hoy cambié el rumbo de mi inspiración
y aunque día y noche todas mis Tristezas en poemas vanos te pueda dedicar
sabrás que mi venerado Búho, mi Ideal poético, estará por encima de cualquier pesar...
(Abraham Rojas V.)

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